LIMA, Perú.- Angie Palacios llegó a Lima para debutar en unos Juegos Panamericanos aún con edad juvenil, categoría en la que ha paseado su clase por el mundo, registrando títulos mundiales, suramericanos y otros, que le han valido para ir formando su carácter ganador y mejorando su técnica como halterista, lo que sin duda tiene mucho que ver en el logro de su medalla de bronce alcanzada en Lima 2019 en la división 64 Kg. de su deporte adorado, el levantamiento de pesas…
Para este tercer evento del ciclo olímpico, vimos otra Angie Palacios, más segura, más ganadora, lo que invita a soñar que aquí hay madera… Pasa por varios aspectos, aunque para la chica nacida en Shell, Pastaza, hay dos esenciales… “Mi hermana (Neisi Dájomes) es el ejemplo a seguir y en quien me apoyo siempre, la que me aconseja y hasta me regaña, pero no deja de demostrarme su respaldo en todo aspecto… Y las enseñanzas que he alcanzado con mis entrenadores, con Alexis Ignatov, con quien he logrado mejorar mucho mi técnica en pocos meses…”, agrega.
Ivanok es un entrenador ruso que fue contratado por el Comité Olímpico Ecuatoriano para potenciar la preparación de su hermana Neisi hasta los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 y también le entrega sus conocimientos a Palacios.
De la competencia, Angie cree que mejoró sus expectativas, habiendo alcanzado un total levantado de 228 Kg. producto de los 105 conseguidos en arranque y 123 en envión… “Me voy feliz de esta primera participación que he tenido en Juegos Panamericanos… Reitero que he tenido a mi lado un equipo muy bueno que me apoyó, que me dedicaron todo el tiempo y al final pude responder… No se dio la medalla de oro, pero estoy tranquila, tengo 19 años y se que voy a conseguir nuevos triunfos y dar muchas alegrías en el futuro…”.
Angie no se quiso despedirse sin dedicar su medalla a un ser especial, un ángel que la cuida desde el cielo, su madre, doña Orcelina Dajomes... “Ella me mira desde el cielo y quiero dedicársela… También a mi Dios, a mi familia y a todo el Ecuador…”.
En la última división de la noche, los 109 kg, Jorge David Arroyo se quedó con la medalla de bronce al conseguir 190 kg en arranque con record panamericano, 195 en envión para un total de 385 kg.