Fortaleza, perseverancia y sacrificio son algunas de las cualidades que describen a Mónica Cajamarca, quien logró en la Maratón de Viena, el pasado domingo, la marca que la clasifica a los Juegos Olímpicos Río 2016.
Aunque tuvo que pasar más de un obstáculo alcanzó el objetivo que parecía lejano. En Austria, cronometró 2:37:58 y consiguió así el segundo mejor registro para JJ.OO. entre un grupo de seis atletas ecuatorianas que alcanzaron el tiempo mínimo para el certamen. Como solo clasifican las tres mejores marcas, el equipo quedó definido con Rosalba Chacha, Cajamarca y Silvia Paredes.
"Creo que me iluminó el de arriba (Dios), las cosas se dieron y doy gracias a mi familia, a mi entrenador, a las personas que confiaron. No es una ganancia mía, es de todos", comentó Cajamarca a su arribo la noche del pasado martes a Guayaquil.
La azuaya de 32 años inició en esta disciplina participando como deportista amateur en distancias de 5 kilómetros y 10000 metros. Pero como siempre ha tenido una afinidad para distancias más largas pasó a competir en maratones locales, como en tres ediciones de la Maratón de Guayaquil.
Sin embargo tuvo que alejarse por el embarazo de su segunda hija, que ahora tiene nueve meses. “Luego de mi embarazo me centré un poco más porque sentí lo que es en realidad mantenerse fuera de las carreras, eso como que me hizo reaccionar. Regresé a entrenar a los dos meses, primero con la preparación de gimnasio. Luego a trotar poco y después mi entrenador Adrián Torres se propuso un objetivo más amplio”.
Sin embargo, temía no poder con sus labores de madre y deportista, pero gracias a la inspiración de una de sus compañeras de equipo en Río 2016, Rosalba Chacha, Mónica pudo salir adelante.
"Yo admiro mucho a Rosalba, ella es una de las impulsoras de que yo esté aquí. Ella me dijo: ‘Mónica lucha por tu sueño, si es que vas a salir adelante lo lograrás y si caes no importa, si quiera lo has intentado'".
Ahora está muy contenta de integrar el equipo femenino de maratón que Ecuador llevará por primera vez en unos JJ.OO. Para este desafío su entrenador ya piensa en la preparación de la atleta.
"Mónica llegó (a Viena) de un 85 a 90%. Se logró la marca que es lo más importante, quizás para Río ha de bajar un poco más la marca, pero tenemos que trabajar procesos adaptativos a lo que va a ser el clima, quizás el circuito", concluyó Torres.